Reorganización de los servicios de tratamiento del uso de sustancias y reducción de daños durante la pandemia de COVID-19: una encuesta mundial
Antecedentes: La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha afectado a las personas con trastornos por uso de sustancias (SUD) en todo el mundo, y los sistemas de salud han reorganizado sus servicios en respuesta a la pandemia.
Métodos: Una semana después del anuncio de la COVID-19 como pandemia, en una encuesta global, 177 profesionales de la medicina de la adicción describieron las respuestas de salud relacionadas con covid-19 en sus propios 77 países en términos de tratamiento SUD y servicios de reducción de daños. Las respuestas de salud se clasificaron en torno a medidas y sistemas de gestión, logística, proveedores de servicios y grupos vulnerables.
Resultados: Los encuestados de más del 88% de los países informaron que la atención médica y psiquiátrica básica para los SUD había continuado; sin embargo, sólo el 56% de los países informaron haber tenido algún plan de continuidad de las actividades, y el 37,5% de los países informaron de escasez de suministros de metadona o buprenorfina. Los participantes del 41% de los países informaron la interrupción parcial de los servicios de reducción de daños, como los programas de agujas y jeringas y la distribución de condones. Cincuenta y siete por ciento de las intervenciones de prevención de sobredosis y el 81% de los servicios de divulgación también se vieron afectados negativamente.
Conclusiones: Los participantes informaron que el tratamiento de SUD y los servicios de reducción de daños se habían visto significativamente afectados a nivel mundial al principio de la pandemia de COVID-19. Sobre la base de nuestros hallazgos, destacamos varios problemas y complicaciones resultantes de la pandemia con respecto a las personas con SUD que deberían abordarse de manera más eficiente durante las futuras olas o pandemias similares. Las cuestiones y posibles estrategias comprenden lo siguiente:
(1) ayudar a los responsables políticos a generar planes de continuidad del negocio,
(2) mantener el uso de intervenciones basadas en la evidencia para los pacientes con SUD,
(3) estar preparado para un suministro adecuado de medicamentos,
(4) integrar programas de reducción de daños con otras modalidades de tratamiento, y
(5) tener consideraciones específicas para los grupos vulnerables como los inmigrantes y los refugiados.