Los cambios en las políticas de cannabis y juegos de azar posteriores a la pandemia para atraer turistas pueden provocar futuros problemas de salud y costos
Después de que la Organización Mundial de la Salud declarara la COVID-19 como pandemia, el 11 de marzo de 2020, los gobiernos de todo el mundo impusieron una serie de restricciones nacionales y medidas de distanciamiento físico. Esto incluyó políticas de quedarse en casa, el cierre de fronteras nacionales y la cancelación de la mayoría de los vuelos comerciales. Las restricciones provocaron una crisis económica mundial que afectó a los ingresos y al empleo en la industria del turismo. Antes de la COVID-19, el mercado turístico mundial se había convertido en un sector importante en la economía mundial, con 1.500 millones de viajeros en 2019. La pandemia afectó tanto a la capacidad como a la voluntad de viajar al extranjero por placer. Por lo tanto, se redujeron los viajes no esenciales debido al temor de enfermarse mientras se estaba en el extranjero, la preocupación por la calidad de la atención médica local y el riesgo de infectar inadvertidamente a otras personas durante el tránsito o al regresar a casa. Con la resolución de la crisis, para atraer de vuelta a los viajeros, algunos países dependientes del turismo consideraron e implementaron cambios rápidos en sus políticas sobre el cannabis y los juegos de azar. Aunque estos cambios en las políticas revirtieron la desaceleración del turismo, también pueden haber provocado comportamientos adictivos y otros problemas de salud a corto y largo plazo